La coincidencia en el tiempo de una serie de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la nube, la robótica o la conectividad móvil, entre otras, nos sitúa ante el mayor cambio económico-social, no ya de las últimas décadas, sino de los últimos siglos. No se trata de una moda pasajera ni de un fenómeno trivial. Es una verdadera revolución que va a cambiarlo todo: nuestra forma de trabajar, de hacer negocios, de comprar, e incluso de relacionarnos. La transformación será general, no habrá ciudad, comunidad, sector o empresa que no se vea afectada. Una vez más, sobrevivirán los que mejor y más rápidamente sepan adaptarse al nuevo entorno. Pues, tal y como dijo hace un siglo y medio Charles Darwin, «las especies que subsisten no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio».