Sartre describe lo que el existencialismo entiende por subjetividad. Según Sartre, defender la subjetividad humana es defender su dignidad de ser humano. Y es que al decir que el hombre que empieza a existir lo hace como alguien que se lanza hacia un porvenir, es lo mismo que afirmar que el hombre es un proyecto que se tiene que vivir subjetivamente y, en este sentido, es totalmente diferente a otras realidades que también existen, como, por ejemplo, un musgo, una podredumbre o una coliflor, ya que estas realidades en ningún momento pueden proyectar su vida en un porvenir. El hombre, por tanto, dado que existe como un proyecto a realizar, será ante todo lo que habrá proyectado ser; y no lo que querrá ser por estar escrito de antemano cómo habrá de ser su vida. Pero, además, y esto es un punto importante en el existencialismo de Sartre, desde el momento en que el hombre es un proyecto a realizar, él mismo se constituye en el RESPONSABLE total de su existencia.