Código

Siempre es un buen
momento para aprender.

La fuerza creativa del amor por Jacobo Grinberg

A lo largo de nuestras vidas adquirimos mucho conocimiento, pero la mayor parte de ese conocimiento esta enfocado a un mundo material para tratar de construir una vida plenamente feliz y estable en esta sociedad que hemos construido en la actualidad. Pero en el proceso de esa construcción se ha perdido otros valores que son esenciales para la vida y que han estado presentes desde el inicio de todo esto que podemos comprender. Existen fuerzas en la naturaleza que cohesionan y hacen crecer y otras que repelen y desorganizan. De su sutil equilibrio depende toda nuestra existencia. El neurofisiólogo mexicano Jacobo Grinberg asegura que el amor, la fuerza que unifica y crea, está en retroceso. De nuestro trabajo interior depende que ese equilibrio se mantenga.

La fuerza que lo inicio todo

Desde el origen del universo, una fuerza primordial se ha manifestado dándole dirección a la evolución. A partir de las primeras partículas elementales, la acción de esa fuerza ha provocado una unificación cuyo principio fue la creación del primer átomo, el de hidrógeno, producto de la unión dinámica de un protón y un electrón, y su resultante final: conocido, el cuerpo humano, cúspide de la unificación y complejificación tal y como Teilhard de Chardin llamó al proceso direccional de la tendencia de la energía evolutiva.

«A nivel elemental, esa fuerza se denomina gravitación o fuerza de atracción electromagnética o fuerza de interacción débil o fuerte. Al nivel de la experiencia humana, esa fuerza se denomina amor. Pero esa no es la única fuerza que actúa en el universo. Existe otra, de dirección contraria, la cual en lugar de unir, separa.»

Dr. Jacobo Grinberg – Neurofisiólogo y Psicólogo Tweet

Si sólo existiera una de ellas, la unitiva, todo se colapsaría en una unidad amorfa. Si la repulsiva, el universo se dispersaría después de explotar en mil pedazos. A nivel humano, también se requiere un equilibrio entre dos fuerzas, la del amor y la de la individualización. 

La existencia de una sola de ellas terminaría por hacernos unos con los otros (en el caso del amor sin individualización) o absolutamente egoístas (en el caso de la individualización sin amor). Ambas permiten la riqueza de variedad junto con el sentimiento de unión. Su adecuado equilibrio es la madurez, su desequilibrio (hacia cualquiera de ambas polaridades) sería la catástrofe.

El Desequilibrio

La realidad es holográfica y lo que sucede a nivel planetario es un reflejo y es reflejado a nivel individual. Vivimos, como planeta, en un desequilibrio provocado por un exceso de la fuerza de separación. Esta se manifiesta en múltiples formas, siendo la más grave la guerra. 

Hemos llevado hasta un extremo absurdo el proceso de individualización trasponiendo el límite de su función natural, llegando al egoísmo sin amor. Nos hemos apartado de la fuerza directriz del universo y las consecuencias de este desequilibrio son la muerte y la destrucción que están azotando actualmente el planeta. Es necesario volver al equilibrio y aplicar un contrapeso a esta polarización planetaria.

El Observador

El acto de observar es uno de los más misteriosos acontecimientos. Durante la observación todos los contenidos observables sufren una unificación. Los límites de la observación son desconocidos, puesto que cambian por el entrenamiento. Presumiblemente, si éste es adecuado y profundo, estos límites sufren una expansión que permite unificar los procesos cognitivos, los acontecimientos orgánicos, los procesamientos emocionales, los sonidos e imágenes del entorno, etc.

Es decir, al observar unificamos todo lo observable en el acto de testificación. Puesto que lo observable puede ampliarse, la capacidad de unificación parecería no tener límite conocido. Por todo lo anterior, no es extraño que esta operación de percatación dé como resultado la experiencia y el estado de la conciencia de sí. 

La conciencia de sí se produce cuando ocurre una unificación lo suficientemente poderosa como para interconectar al sujeto de la experiencia con la fuerza unificadora de la evolución. En este portentoso acto de poder, la fuerza del amor es activada.

La Meditación

Meditar, cuando se hace correctamente, llena de amor a quien lo hace precisamente por la misma razón. Cuando se medita en forma adecuada, se activa el proceso de unificación y esta puesta en marcha deeste proceso actúa como un atractor de la fuerza de unificación universal. La conexión con esta fuerza se experimenta como amor.

Pero la conexión con la fuerza de unificación no solamente se produce en una dirección. El sujeto que medita y que por lo tanto unifica en observación, funciona en forma activa no solamente recibiendo la fuerza del amor, sino también otorgándola. Reproduce en su microcosmos la misma corriente cósmica de poder unificador y con ello se convierte en una especie de generador de la misma, alimentando al universo con ella.

Restablecer el Equilibrio

En ningún momento de la historia contemporánea ha sido más urgente restablecer el equilibrio perdido. La fuerza de dispersión egoísta se encuentra exaltada y domina a la de unificación.

Los brazos de la balanza se encuentran en desequilibrio y a punto de salirse de su eje. Se requiere alimentar de amor al cosmos y la técnica de unificación a través de la meditación es una de las más poderosas herramientas para lograrlo. 

El uso de esta herramienta implica el logro de una observación ecuánime y simultánea de un número cada vez mayor de componentes de la experiencia tanto corporales (sensaciones táctiles, pensamientos, emociones, etc.) como extracorpóreos (eventos y acontecimientos del entorno).

De la Conciencia de sí a la Conciencia de unidad

Cuando la observación ecuánime y simultánea de un número suficiente de experiencias es lograda, se activa la conciencia de sí, la cual constituye un primer nivel de unificación, en ella se recupera el sí mismo y se le matiza de amor. Se produce aquí un primer contacto con la fuerza unificadora universal. 

Pero si se continúan añadiendo contenidos de observación al observador consciente, el contacto con la fuerza unificadora se fortalece y llega un momento en el cual la conciencia de sí se transforma en conciencia de unidad. Aquí, el sujeto de la experiencia ya no establece un contacto con la fuerza del amor, sino que se convierte íntegramente en ella; desaparece el observador separado de lo observado para dar lugar a una unión.

Amor

Nuestra verdadera herencia es el amor. Somos el producto más acabado de la fuerza de unificación y nuestro cuerpo es una obra de arte de equilibrio y organización de miles de millones de elementos conjugados en una unidad integrada. Nunca hubiera sido posible llegar a la unidad orgánica de no haber existido una fuerza de unificación en el universo, la cual se comenzó a manifestar desde su creación misma en la explosión primigenia del Bing-Bang. 

Antes de la creación del cosmos todo era unidad perfecta sin diferenciaciones ni divisiones. La creación del espacio, del tiempo y la materia activó un proceso de diferenciación y distanciamiento de unidades dispersas. Sin embargo, algo misterioso en el espacio-tiempo decidió retornar al origen, pero con la ganancia de la conciencia de sí y la creación de un universo millonario en manifestaciones. La fuerza del amor se introdujo al cosmos y ella es la que nos hace ser lo que somos.

La Fuerza del Amor

Nada es más poderoso que ella. Todo sucumbe ante su fascinación porque ella representa lo que siempre ha existido aún desde antes de la creacióndel universo. La mejor forma de vencer es amando. Quien haya ejercido ese derecho sabe a lo que me refiero. El miedo desaparece cuando se le ama. Lo mismo acontece con la confusión o aún con el odio. Todo sucumbe ante la fuerza del amor y se transforma en este. Nada hay más urgente, en la actualidad, que aprender a utilizar esa fuerza. De hecho, la misma supervivencia del planeta depende de nuestra capacidad para engrandecernos en amor.

La Fuerza de Atracción Equilibrio

Observar y amar. Se puede observar sin amar pero no es posible amar sin observar. Para observar sólo se requiere recordar que es posible observar. Pero para amar no es suficiente el recuerdo, es necesario además conectarse primero en uno mismo. Para amar primero se requiere estar en la conciencia de sí y para ello, como se dijo antes, se necesita meditar unificando en la observación lo observado. Recordar que se puede observar es recordar que uno se encuentra, siempre, más allá de toda identidad.

Supongamos que estoy confuso o que tengo miedo. Si recuerdo que puedo observar mi confusión o mi miedo y lo hago, me coloco en la conciencia de sí, ya no identificado con la confusión o el miedo sino percatándome de su existencia. Aquel que se percata, testifica u observa, se encuentra siempre más allá de lo testificado y más cerca de sí mismo, es decir, en la conciencia de sí desde la cual ya no existe identificación con los eventos o las emociones.

A partir de la conciencia de sí surge el amor porque no es posible amar en identificación, sino a partir de un sí mismo sano. La conciencia de sí no es el ego por la sencilla razón de que el ego se puede observar desde la conciencia de sí. El ego es identidad mientras que el sí-mismo es amor. Desde el ego no se puede amar, sólo poseer. 

Desde la conciencia de sí no se puede poseer, sólo amar. El observador no puede observar, el que afirma lo contrario confunde una identidad o un contenido de la experiencia con el observador. Por lo tanto, no existen cadenas infinitas de observadores sino sólo uno. Se comprende aquí que la tendencia a la unificación posee dirección y la razón que permite afirmar que el observador es el guía de esta dirección. 

La razón es simple; el observador siempre se encuentra en el siguiente eslabón y el siguiente eslabón al conquistarse se convierte en un contenido de observación del siguiente eslabón. 

Cada paso se unifica en el siguiente y la observación, además de poseer dirección, magnifica la totalidad unificada. En esta dirección de unificación cada paso activa otra cualidad de la experiencia, la que es impredecible a partir del eslabón previo. En cierto momento se traspasa un umbral y la conciencia de sí se convierte en conciencia de unidad.

En la conciencia de unidad, el yo pierde límites y se expande hasta el grado en el cual el conocimiento, el conocedor y lo conocido se vuelven lo mismo. Al conocerse a sí mismo, el sujeto conoce todo puesto que todo acontece dentro de sí. 

No existe aquí lo interno separado de lo externo ni el observador diferente de lo observado. La experiencia con respecto al mundo es que uno mismo es el mundo en una unión extraña en la que no hay simbiosis pero tampoco separación. 

Allí se comprende que «la imagen se ve a sí misma» y simultáneamente uno existe como individuo. Todo en la vivencia de unión es amor y todo es Uno.

Jacobo Grinberg

Jacobo Grinberg

NEUROFISIÓLOGO Y PSICÓLOGO

Más contenido

Las leyes del éxito

Esta obra es todo un clásico que reúne los consejos del autor, famosas en todo el mundo. Tras entrevistar a más de quinientos millonarios que le revelaron el origen de su riqueza, consiguió crear un compendio de principios inspiradores que revelan cómo estos hombres construyeron sus imperios comerciales y acumularon tanta riqueza. Este libro representa un tesoro que contiene todo lo que hay que saber para ser exitoso en la vida. Cada pensamiento del autor es como un hacha capaz de romper el hielo de nuestros corazones y ampliar nuestros horizontes.

El Libro Rojo

El Libro rojo fue un producto de una técnica desarrollada por Jung que se denominó imaginación activa. Tal como lo describe Jung, fue visitado por dos figuras, un anciano y una mujer joven, a las que identificó como Elías y Salomé. Estuvieron acompañados por una gran serpiente negra. Con el tiempo, la figura de Elías se convertiría en una guía espiritual que Jung llamó Filemon (ΦΙΛΗΜΩΝ, originalmente escrita en griego). Salomé fue identificada por Jung como una figura de ánima. Las figuras, según Jung, «me llevaron al convencimiento de que existen otras cosas en el alma que no hago yo, sino que ocurren por sí mismas y tienen su propia vida»

El Arte de Sobrevivir

En la obra de Arthur Schopenhauer, pensador misántropo y pesimista denostado por sus amargas invectivas, el lector no encontrará cándidos pensamientos con los que acompañar plácidamente el paso de los días. Sin embargo, se equivocará si busca en el autor tan solo una amarga visión de la vida, severos diagnósticos sobre la época que le tocó vivir o incluso, en último término, una exhortación al suicidio. Como muestra la presente selección de textos, a cargo de Ernst Ziegler, lo que brota de su pensamiento es la convicción de que debemos comenzar a vivir de nuevo cada día, pues resulta todo un arte permanecer con vida.

Esteganografía: Los secretos del ABAD TRITEMO

Tales investigaciones se referían a un procedimiento para hipnotizar a personas a distancia, por telepatía, con ayuda de ciertas manipulaciones del lenguaje. La lingüística, las matemáticas, la kabbalah y la parapsicología se mezclaban extrañamente en sus trabajos. La obra en ocho volúmenes que reunía el resultado de sus estudios y que contenía, por ende, los secretos de un poder increíble, se titulaba Esteganografía. El manuscrito completo de esta obra fue desunido por el fuego, por orden del elector Felipe, conde Palatino Felipe II, que lo había encontrado en la biblioteca de su padre y se había sentido aterrorizado.

Psicofisiología del Aprendizaje

Solamente al analizar lo que ocurre en el sistema nervioso durante una experiencia de aprendizaje, podremos entender este fascinante proceso. El propósito de este libro es precisamente mencionar algunas modificaciones en la actividad cerebral durante el aprendizaje. Se ha hecho especial hincapié en el estudio de los cambios electro-fisiológicos por considerarlos de importancia fundamental.

Una Nueva Ciencia de la Vida

Un libro revolucionario que ha sido comparado, en importancia, al Origen de las especies de Darwin. El autor explica que las especies y los organismos pueden aprender, desarrollarse y adaptarse a través de un proceso de resonancia mórfica. Si una paloma de Londres aprende un hábido nuevo, automáticamente palomas de otras partes del mundo manifestarán una tendencia a aprender el mismo hábito. Pero lo mismo ocurre en el mundo inorgánico. Y en el humano. Cualquier sistema natural hereda una memoria colectiva. Existe una vía no material de transmisión del conocimiento. Al desafiar convenciones establecidas por la ciencia clásica, la hipótesis de la causación formativa ha suscitado una de las polémicas intelectuales más apasionantes de estos últimos años. El debate continúa y en todo el mundo se realizan experimentos para comprobar o refutar tan brillantes y provocadoras ideas.

El Cuidado del Alma

El cuidado del alma hace una invitación a la exploración de nuestros propios síntomas honesta y concienzudamente; los celos, una infancia triste o desgraciada, la envidia forma parte de nuestra condición humana, son expresiones anímicas en donde la formula de la sanación el camino es el amor, no como una palabreja mas, sino como una vía para el autoconocimiento mas profundo.

Fluir En El Sin Yo

Liberarse es dejar atrás el yo para fluir en “El”. En esa condición se cura y se es curado, aparece la sabiduría y la ignorancia se diluye en su propio jugo, se recupera la fe y se recobra el Poder.En el fluir en “El” sin yo, no existe pasado ni futuro, todo contesta en un presente eterno, pleno y misterioso. En este libro, se discute un nuevo procedimiento para la educación de la niñez, se analizan los niveles de la Conciencia y sus modelos explicativos y se presentan pensamientos novedosos en relación a la Conciencia de Unidad. Jacobo Grinberg-Zylberbaum, autor de más de 50 libros, es un pensador original y un investigador en el área de la Psicofisiología en la Universidad Nacional Autónoma de México.

¿Qué es la Lattice? | Jacobo Grinberg

La Lattice en su estado puro no distorsionado es Ia consciencia pura. El cerebro al distorsionar Ia Lattice penetra en los diversos niveles de Ia consciencia. De acuerdo con la mecánica cuántica, el espacio-tiempo posee una estructura básica de total coherencia y simetría a la que se denomina lattice. La Lattice en su estado más fundamental es consciencia pura sin contenido alguno.

La Teoría Sintérgica: ¿Estamos en una MATRIZ INFORMACIONAL?

La Teoría Sintérgica desarrollada por el doctor Jacobo Grinberg sostiene que el espacio no es vacío sino una matriz hipercompleja y holográfica llamada Lattice. El cerebro es, a su vez, otra matriz compleja, dada por la posibilidad de 20 billones de neuronas y cada una conectada con alrededor de otras 1000 neuronas, creando una red de trillones de conexiones o sinapsis.

La Meditación AUTOALUSIVA desarrollada por Jacobo Grinberg

La meditación autoalusiva es una técnica natural, basada en los procesos normales de desarrollo e ideada para estimular a este ultimo en una forma consciente, activa y en perfecto acuerdo con la Realidad tal cual es. Para el desarrollo de esta técnica han concurrido muchos esfuerzos, en particular los del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, INPEC. Fue precisamente en el Centro Regional del Estado de Puebla, del INPEC, que se realizaron varios seminarios explicativos de la meditación autoalusiva, dirigida por el NEUROFISIÓLOGO Y PSICÓLOGO mexicano Jacobo Grinberg que dieron por resultado la motivación para obtener estos resultados.

Los Dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana

En una impresionante ojeada panorámica que abarca desde la prehistoria hasta la época actual, Carl Sagan explica la evolución intelectual y mental del ser humano, habla de nuestros antepasados y sus antagonistas, describe la mecánica de nuestro cerebro y la de otros animales y dilucida el papel que han desempeñado los ordenadores en el conocimiento de los mecanismos de nuestro cerebro y en el almacenamiento de la información en nuestra memoria. Hallamos también en estas páginas fascinantes incursiones en los terrenos del mito y la leyenda, así como atrevidas especulaciones sobre los cauces futuros por los que parece va a discurrir la evolución del hombre.