El conocimiento se da únicamente cuando el receptor del mismo está preparado para recibirlo. Esta preparación no es otra cosa sino el cierre de un patrón, el que, al completarse, deja espacios neurosintérgicos libres capaces de recibir y manejar información y experiencias novedosas. Si un patrón no se ha completado y, a pesar de ello, se fuerza la entrada de un nuevo conocimiento, el sistema entra en crisis, la que no es otra cosa más que una saturación debida a un «salto». Por ello, la vida debe ser cursada con paciencia y recorrerse completamente en cada uno de sus niveles.